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domingo, 6 de noviembre de 2016

Studio Ghibli: Medicina para el alma



Hace algunos años mientras veía la televisión y pasaba los canales, me pareció ver algo particularmente colorido, diferente, algo que mis ojos no estaban acostumbrados a ver y que a la vez llamo mi atención lo suficiente como para quedarme. Era una película animada, cuyos trazos semejaban un estilo japonés y que extrañamente no era víctima de mis prejuicios, que para aquella época tenía, hacia la animación japonesa. Se trataba de un pequeño niño de camisa amarilla y pantalones cortos que cuidaba una cubeta verde y en ella había un pequeño pez de apariencia femenina al que el niño llamaba: Ponyo. Me atrapó en menos de 5 minutos...resulta que Ponyo era la hija de la Diosa del mar y de Fujimoto, un antiguo humano que enamorado del mar se volvió inmortal y ahora se dedica a cuidar sus hijas y el oceáno. Ponyo se escapó y llegó a las manos de Sasuke (así se llama el niño) y ahora su padre debe recuperarla antes de que pase una catástrofe o se convierta en humano usando sus poderes mágicos.

Ponyo. Hayao Miyazaki, 2008.

Ponyo. Hayao Miyazaki, 2008.
A medida que navegaba por Internet veía imágenes que se parecían mucho a dicha película, sin embargo mi interés por la investigación y utilizar sabiamente Google eran minúsculos, lo que hacía que mis dudas permanecieran latentes. Fue hasta que Youtube me sacó de dudas que conocí a Studio Ghibli, un estudio de animación japonesa fundado en 1985 que viene siendo como…un Disney japonés pero que sus historias se identifican por ser más profundas y maduras, llegando al punto de tocar el corazón y hasta la consciencia de los más grandes.


Studio Ghibli se identifica por un personaje muy peculiar que está presente en su logotipo llamado Totoro. Este personaje fue presentado en el cuarto largometraje del estudio: Mi Vecino Totoro y es como…un conejo-mapache-gigante que protege el bosque. Dirigido por uno de los cofundadores del estudio, Hayao Miyazaki nos cuenta la historia de dos niñas que al mudarse junto a su padre a la zona rural, conocen a un espíritu protector del bosque que solo ellas pueden ver. 

My Neighbor Totoro. Hayao Miyazaki,1988

My Neighbor Totoro. Hayao Miyazaki,1988
Con el tiempo me fui adentrando en este…maravilloso mundo creado por Studio Ghibli, donde abundan las criaturas mágicas, naturaleza, deidades y sobre todo protagonistas femeninos que rompen estereotipos. Cada vez me daba cuenta de que la verdadera “magia” de estas historias estaba en el amor que transmitían sus trazos, su música, los personajes y sus gestos; era como una carta de amor de Japón para el mundo. 

Ponyo. Hayao Miyazaki, 2008.
Otra de las cosas que me atrapó fue darme cuenta de que en estas historias nunca hay villanos propiamente marcados y es que al final de la película me pasaba horas tratando de identificarlos sin encontrar uno. Es muy común ver que al final el supuesto antagonista ahora está en la misma posición que nuestro protagonista o llegan a un acuerdo mutuo(Princess Mononoke) o tal rivalidad nunca existió (Kiki’s Delivery Service). Los personajes luchan por cambiar el entorno solo para darse cuenta de que al final ellos terminan adaptándose a él y no como al principio de la historia se creía, y es que probablemente la vida se trate de eso, quizás la verdadera victoria sea aprender a vivir con lo que nos toca vivir, ser felices con ello y hacer el bien al prójimo. 

Princess Mononoke. Hayao Miyazaki,1997.
Studio Ghibli nos plantea lecciones de vida cuyos personajes presentan una notable transformación que se va notando conforme progresa la historia. Transformación que no solo se nota a nivel argumental sino que se enfatiza con los gestos y apariencia de los personajes (Howl’s Moving Castle). Studio Ghibli contribuye a la creación de un cine preciosista en todo aspecto, desde su animación tan detallada y colorida, pasando por su espectacular banda sonora compuesta por el maestro Joe Hisaishi, sin olvidar los detalles que hacen únicos los argumentos de sus historias.

Howl's Moving Castle. Hayao Miyazaki, 2004.

Howl's Moving Castle. Hayao Miyazaki, 2004.
El paso a la madurez, el cuidado de la naturaleza, humildad y la aceptación de uno mismo, son algunas de las lecciones de vida que Studio Ghibli nos da. Por ejemplo, en Porco Rosso conocemos a Marco Paggot, un piloto cazarrecompensas que se encarga de combatir piratas en el Mar Adriático (Italia) y que se convirtió en un cerdo. Porco Rosso, como ahora se le conoce, deberá enfrentar fantasmas latentes del pasado y aprender a vivir en un mundo superficial. Muy similar a esto, en Howl’s Moving Castle, nos encontramos con una joven vendedora de sombreros llamada Sophie, que es víctima de un hechizo que la vuelve vieja y del cual no puede hablar. Debido a eso escapa de la ciudad y encuentra el Castillo Vagabundo donde debe lidiar con un hechicero superficial y vanidoso llamado Howl. 

Porco Rosso. Hayao Miyazaki, 1992.

Howl's Moving Castle. Hayao Miyazaki, 2004.

Por otro lado nos encontramos historias más simples donde predomina la exaltación de emociones básicas como el amor y la felicidad. Tal es el caso de Ponyo (la película de la que les hablé al principio de este post) donde vemos el amor en su expresión más sincera entre dos niños o My Neighbor Totoro, donde Totoro ayuda a las niñas protagonistas en todo momento y les enseña a cuidar el bosque. 

Ponyo. Hayao Miyazaki, 2008.
Para el público más difícil podemos descubrir relatos como Spirited Away, donde una niña de 10 años llamada Chihiro llega al mundo de los espíritus y debe aprender a trabajar en un baño para Dioses (algo así como un sauna para espíritus) o sacrificarán a sus padres quienes ahora se han convertido en cerdos. Por parte de otro de los cofundadores del estudio, Isao Takahata, conocemos un triste relato japonés llamado Grave of the Fireflies, donde un niño y su hermana tratan de sobrevivir en una sociedad indiferente, que sumida en la guerra se vuelve más egoísta y cruel.

Spirited Away. Hayao Miyazaki, 2001.

Grave of the fireflies. Isao Takahata, 1988.


Las historias de Studio Ghibli están guiadas por una moraleja y pretenden edificar al personaje permitiéndole equivocarse, mostrando al público que al final del día no somos perfectos y eso es lo que realmente nos hace humanos. Parte de esta filosofía también se refleja en las animaciones a la hora de ver el movimiento de los personajes y como la ropa/elementos se mueven con el viento. Hayao Miyazaki, creador de las historias mencionadas, dijo en una entrevista que se pasaba horas sentado en una banca observando el movimiento de las faldas, vestidos y hasta abrigos mientras las personas caminaban por la calle; es esta dedicación y valoración por los detalles que permite al espectador identificarse con personajes ficticios en mundos repletos de fantasía. Y hablando de personajes, es claro notar lo marcados que están sus protagonistas, que en su mayoría son mujeres que tienen que afrontar diversos imprevistos y que evolucionan con la trama de la historia rompiendo clichés del cine de animación occidental, evidenciando que una mujer no necesita ser salvada.

Kiki's Delivery Service. Hayao Miyazaki, 1989.
Es el conjunto de elementos diferentes que buscan romper esquemas lo que hace que la fórmula de Studio Ghibli sea efectiva y se sienta como sopa de pollo cuando tenés resfriado, que traducido a nuestro contexto vendría siendo como un cálido abrazo para el alma. No bromeo cuando digo que estas películas son el mejor remedio para un mal día y es que si sos de los que piensa que los “muñequitos” son solo para niños, esta es una perfecta oportunidad para darte cuenta de que, sin necesidad de una temática adulta, “los muñequitos” tocan temáticas más profundas que tu niño interior no olvida aún siendo ya un adulto. Lo mismo ocurre con el término “Animación Japonesa”, y es que probablemente la idea que tengás de esto sea el estereotipo de historia cargada de acción, gritos sobreactuados, seres antropomórficos(hombres gato con espadas) y mujeres extremadamente sexualizadas montando robots gigantes (si, en serio) pero aunque el término te suene mal, es claro que esa no es la definición exacta de esta clase de Animación Japonesa, pero de eso hablaremos otro día.

Spirited Away. Hayao Miyazaki, 2001.

Princess Mononoke. Hayao Miyazaki,1997.
Si te he convencido de entrar al mundo de Studio Ghibli aquí abajo te dejo algunas recomendaciones, en orden, para que iniciés:
  • Ponyo o Ponyo en el acantilado.
  • My Neighbor Totoro o Mi vecino Totoro. 
  • Spirited Away o El viaje de Chihiro (la película japonesa más taquillera hasta la fecha, ganadora de un Oscar como mejor película de animación).
  • Howl’s Moving Castle o El Castillo Vagabundo.
  • The Wind Rises o Cuando el viento se levanta.
My Neighbor Totoro. Hayao Miyazaki,1988
Me gustaría saber si conocés alguna de estas películas y cuáles me recomendás. También tu opinión después de ver alguna si apenas conocés este universo y que compartás o comentés este post si te gustó. Seguíme en mis redes sociales, que tus noches sean provechosas y que portés las ojeras con orgullo. ¡Buenas noches a todos!




8 comentarios:

  1. Excelente post Manuel, recuerdo cuando me pasaste El Castillo Vagabundo que sin duda alguna es una gran obra.

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  2. Que frase más apropiada para algo tan hermoso: "Una carta de amor de Japón para el mundo".¡SUPER!

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    1. Me alegra que sea de tu agrado y que pensemos lo mismo. Gracias por leer.

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  3. Respuestas
    1. Espero nunca decepcionarte...licenciada. Un abrazo a la distancia. Gracias por apoyarme.

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